AQUELLAS PALABRAS QUE...
Autor:Raul Alegre
La
serie de Neon Genesis Evangelion es propiedad de Hiedaki Anno y Gainax, por lo
que todos los derechos de la obra son suyos. Por mi parte no consigo nada
excepto pasar un rato agradable conmigo mismo y el pequeño mundo que he creado
para la historia.
Espero que os guste como me ha gustado hacerlo, pero si por el contrario,
os aburre, pues nada, que se le va a hacer, uno no es perfecto (bueno, casí
^^U). Mi correo es redskinhead@latinmail.com, por si queréis hacer alguna
pregunta o algún comentario. Bueno, dicho ya esto, comenzaré...
AQUELLAS
PALABRAS QUE...
Kaworu
Nagisa había muerto dejando a los humanos el camino libre hacia su propia
evolución. La ONU hizo una alianza inesperada con Nerv a cargo del Comandante
Ikari, con lo que los planes de Seele sobre la complementación de los humanos
quedaron al descubierto. El mundo entero se negó a la realización de dicho
plan, ya que supondría eliminar algo que es también inerhente a los humanos
como especie, y es su individualidad. Al final, el miedo a lo desconocido pudo más
que las promesas de un mundo en el que el dolor producido por otros seres
humanos sería desterrado.
No fue una guerra muy larga, Seele no contaba con el ejercito de la ONU ni con
los Evas de Nerv, con lo que su rendición fue rápida. El nuevo orden del mundo
se erigió como un amalgama de las dos organizaciones, la ONU mantenía el
control del ejercito, mientras que Nerv mantenía en su poder los Evas y los
fondos mundiales.
Por su parte, Dios vio como los humanos derrotaban a su ejercito de Ángeles uno
tras otro, y comprendió que la mayoría de edad de la especie humana había por
fin llegado. Habían elegido el camino de la evolución tecnológica antes que
el de la biológica. Por fin se dio por vencido y abrió las puertas de la sala
de Gauff para que todo niño nacido desde entonces pudiera disfrutar de un alma
y vivir la vida con una mayor intensidad.
En la reconstruida Neo Tokyo-3; la teniente general de Nerv, Misato Katsuragi,
celebraba su treinta cumpleaños junto a Shinji, Asuka, Rei y Ritsuko.
-¡¡Felicidades!!-
exclamaron todos cuando Misato sopló las velas.
-Gracias a todos- sonrió Misato mientras levantaba una cerveza sin alcohol y la
hacía pasar por su garganta.
-Misato... aquí sólo hay veintiocho velas y tú cumples treinta- observó
Shinji después de contar las velas.
Una
sombra azul cruzó la cara de la teniente general mientras observaba a Shinji -¿sí?
no me había dado cuenta...-.
-Creo que te estás volviendo vieja y que tienes miedo a la edad- dijo Ritsuko
mientras dejaba su copa en la mesa.
-¡Mira quien fue a hablar! tú me sacas un año-.
Ritsuko sonrió ante este comentario -pero todavía no me ha dado por cuidarme y
dejar de beber radicalmente-.
-Eso es parte de mi trabajo- dijo mientras observaba la lata, pero pensaba -este
nuevo cargo me prohibe beber incluso si no estoy de servicio-.
Rei,
Asuka y Shinji habían crecido y estaban en su último año de secundaria, pero
también habían participado en la guerra pilotando sus Evas y acabando con los
de serie, sobre todo Shinji, cuyo Eva tenía un motor S2 y no necesitaba de
cable umbilical.
Entre Asuka y Shinji, las cosas se habían suavizado un poco, incluso parecía
que a Asuka no le desagradaba del todo estar al lado de Shinji. Rei tenía el
pelo un poco más corto que antes -me molestaba a la hora de pilotar- explicaba,
pero todo el mundo sabía que detrás de eso había un pequeño toque de
coquetería, puesto que iba más arreglada que hacía un año.
Los tres chicos se levantaron al unísono y se acercaron hasta la puerta del
comedor juntos mientras no dejaban de observar a Misato.
-Tenemos
una sorpresa para ti- declaró Asuka.
-¿Para mí?- preguntó Misato -¿qué es? ¿qué es?-.
-No seas curiosa o no querrá entrar-.
Shinji y Rei descorrieron las puertas de la habitación de Asuka y Misato se
quedó de piedra. Con una mano empezó a tantear a ciegas mientras que le era
imposible apartar la mirada de la puerta.
Por
fin dio con lo que estaba buscando. Una botella de whisky que Ritsuko había traído
para hacerse unos combinados. Con temblores se llevó la botella a la boca y
comenzó a beber con ansia.
-No
bebas así... te podría sentar mal-.
Misato
dejó la botella al lado para recuperar el aliento -¡tú...! ¿qué haces aquí?-.
-¿Es así como me tratas después de tanto tiempo?- preguntó con una voz
seductora que era conocida por todos.
Kaji
se sentó al lado de Misato con un pequeño regalo entre las manos y miró la
botella medio vacia al lado de la mujer -creía que la bebida estaba prohibida a
partir del grado de coronel ¿no?-.
Misato
se acercó hasta casí rozar su nariz con la de él -¿qué haces aquí? me costó
mucho hacerte desaparecer sin dejar ningún rastro que condujera hasta ti-.
Kaji cogió un papel de su bolsillo -¿recuerdas el armisticio? el perdón también
me llegó por cierta información de Seele-.
Asuka le miraba con curiosidad y al cabo de un rato se expresó como hacía un año
que no hacía -los dos sois unos pervertidos... nos invitas a esta fiesta para
que veamos como tu novio Kaji regresa al hogar...-.
Misato observó a la pelirroja -pero... si fuísteis vosostros los que...--¡Tonterías!
y ahora a la calle- dijo la chica levantando del brazo a Kaji y a Misato -no
hace falta que nos enseñéis nada inmoral...-.
Los
dos se encontraron en el pasillo antes de que alguno pudiera reaccionar. Él fue
el primero en hablar -¡oh! se me olvidaba, te traje un regalo de Neo Tokyo-2-.
Los
dos comenzaron a andar y salieron de la calle. En un principio, parecía que
Kaji le daría el regalo enseguida, pero pareció dudar y al final desistió
-no, todavía es muy pronto-
Siguieron
andando hasta llegar a un pequeño parque cerca de la casa de Misato -¿por qué
nunca me llamaste?- empezó a decir Kaji.
-Después
de matar a ese pobre hombre cuyo delito fue el parecerse a ti y dejar que
huyeras lejos de aquí, me sentí muy mal... luego estaba la grabación que
dejaste en mi contestador... fue como si estuvieras muerto-.
-Pero sabías que estaba vivo-.
-Eso fue lo peor... pase un tiempo en el que no hacía más que emborracharme y
escuchar la grabación una y otra vez...- se encogió con un leve temblor
-parece que hace un poco de frío ¿no?-.
Kaji
se detuvo un momento y la ofreció su chaqueta -según parece, los científicos
han descubierto que poco a poco la Tierra volverá a su posición original y las
estaciones volveran-.
Misato
la aceptó y se la puso sobre los hombros -¿por qué has vuelto Kaji?- preguntó
repentinamente -aquí ya no hay nada que te retenga o te ate--Quiero enseñarte
una cosa... seguro que ni siquiera te preocupaste de ello-.
Fueron
hasta donde Kaji tenía antes su pequeño huerto de sandías. Su sorpresa fue
que no había sandías, si no que ahora estaba todo sembrado de nomeolvides con
una pequeña valla de color blanco bordeando las lindes.
-Sí que me acordé... pero me pareció mejor estas flores para que tu recuerdo
me acompañara siempre-.
Sus dos miradas se encontraron mientras este la cogía de las manos -tengo algo
que decirte y que me atormenta desde que me fui...-.
Misato contenía la respiración mientras su corazón emprendía una loca
carrera queriendo salirse de su pecho -no hace falta que me digas nada... sólo
quédate aquí y...-.
-Te quiero...- dijo Kaji tapando con un dedo la boca de Misato -he tardado mucho
tiempo en darme cuenta y en decírtelo, pero es la verdad...-.
Con la otra mano sacó de bolsillo el pequeño regalo que traía para ella y lo
abrió para que viera lo que era -las palabras que en aquella ocasión no te
dije, te las digo ahora... Misato Katsuragi ¿quieres casarte con este tonto y
aguantarme durante lo que nos quede de vida?-.
Misato se llevó las manos a la boca al ver un anillo con un pequeño diamante
engarzado. Volvió la vista hacia el hombre que esperaba con cierto nerviosismo
su contestación -esto es... esto es un anillo de compromiso-.
-Sí, y si lo aceptas me harás el hombre más dichoso del mundo-.
Visiblemente
nerviosa, la voz empezaba a temblarla -no sé... ahora... tan de repente...-.
-Sólo vine por esta causa. Como bien dices, nada me liga aquí excepto tú...
para mí eres lo único que me importa-.
Misato tomó el anillo entre sus manos y lo observó por un largo rato. Después
miró la cara de Kaji, el cual estaba temblando como un flan y sonrió ante la
vista; le recordaba la primera vez que él la pidió salir en la universidad,
con ese aire de autosuficiencia y perdonavidas pero tierno e inseguro por
dentro.
-Sí...-
murmuró por lo bajo.
-¿Qué?-
preguntó Kaji pillado en fuera de juego.
Misato sonrió y se puso el anillo en el dedo corazón -¡Sí, sí, sí, sí, sí
y mil veces sí!-.
La alegría sustituyó a la preocupación en el rostro de Kaji al escuchar esa
respuesta y como recompensa recibió un beso de una impulsiva Misato. Con la
fuerza del abrazo, ambos tropezaron con la pequeña valla y cayeron dentró del
jardín de nomeolvides.
Allí, entre todas las flores, los dos se abandonaron al mar de sensaciones que
se procuraban hasta que Misato paró por un instante.
-Me has hecho muy feliz ¿sabes?- le confesó.
-Pero no podemos ir a tu casa... allí están todos y...- empezó a pensar Kaji
en voz alta, pero el tintineo de unas llaves le sacaron de sus pensamientos.
-Creo que Ritsuko no se enfadará si se queda está noche cuidando de esos tres
¿no?- los dos se rieron mientras rodaban y las flores se les pegaban a la ropa
y al pelo.
FIN.......................................................................................................
Y a
terminé la historia. Al principio creía que me iba a quedar una patata, pero
el final a mí personalmente me encanta. Poco a poco me he ido metiendo en la
piel de los personajes y casí me dan envidia, pero soy demasiado insensible
para que me afecte... ni siento ni padezco, como las lechugas.
En
fin, tenía pensado hacer este y nada más, pero ahora creo que haré varios
cuentos cortos arreglando la situación de varios personajes que se han quedado
en el aire (puede que el próximo sea Ritsuko...Maya... Shigeru... Gendo... o
quien sabe, hasta Kensuke podría encontrar su verdadero amor en cualquier
parte... ^^U).